En Nicaragua, la situación de los desterrados políticos continúa siendo crítica. Después de haber sido arrestados y torturados en prisión, muchos de ellos han sido liberados y se encuentran en el exilio, lejos de sus familias y seres queridos.

Los desterrados describen las torturas sufridas en prisión como inhumanas y brutales. Muchos de ellos fueron sometidos a golpizas, descargas eléctricas, privación de sueño y alimentos, así como a humillaciones constantes por parte de sus captores. Estas prácticas son parte de la estrategia del gobierno de Nicaragua para reprimir a aquellos que se oponen al régimen de Daniel Ortega.

Además de las torturas físicas, los desterrados también viven con el temor por la seguridad de sus familiares en Nicaragua. Muchos de ellos han recibido amenazas de muerte tanto para ellos como para sus seres queridos, lo que les ha llevado a buscar refugio en otros países para proteger a sus familias.

La falta de libertad de expresión y la represión sistemática en Nicaragua han llevado a que cientos de personas sean desterradas de su país, obligadas a abandonar todo lo que conocen para salvaguardar sus vidas y las de sus seres queridos. La comunidad internacional ha condenado estas prácticas y ha instado al gobierno de Nicaragua a respetar los derechos humanos y a permitir el retorno seguro de los desterrados.

Mientras tanto, los desterrados políticos continúan luchando desde el exilio por la libertad y la democracia en Nicaragua, a pesar de las dificultades y los riesgos que enfrentan. Su valentía y determinación son un ejemplo de resistencia y esperanza en medio de la opresión y el miedo. Esperemos que algún día puedan regresar a su tierra y reunirse con sus seres queridos en un país libre y democrático.