Nicaragua se enfrenta a una nueva ola de represión hacia la sociedad civil y las organizaciones empresariales en el país. Recientemente, el gobierno de Daniel Ortega ha anunciado la eliminación de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), la Unión Nicaragüense para la Responsabilidad Social Empresarial (UNAG) y otras 149 cámaras y asociaciones empresariales, en un intento por silenciar las voces críticas y controlar aún más la actividad económica del país.
Estas medidas han generado una gran preocupación en la comunidad empresarial nicaragüense, así como en la comunidad internacional, que ven en la eliminación de estas organizaciones un nuevo ataque a la libertad de expresión y a la democracia en Nicaragua. Amcham, UNAG y las demás cámaras y asociaciones empresariales cumplían un papel fundamental en la defensa de los derechos de los empresarios y en la promoción de un entorno de negocios favorable en el país.
La decisión del gobierno de Daniel Ortega de eliminar estas organizaciones se enmarca en un contexto de creciente autoritarismo en Nicaragua, donde la represión y la persecución política son moneda corriente. Desde las protestas antigubernamentales de 2018, el régimen de Ortega ha intensificado su control sobre la sociedad civil y ha silenciado a voces críticas, utilizando para ello la represión, la censura y la manipulación de la información.
La eliminación de Amcham, UNAG y otras 149 cámaras y asociaciones empresariales constituye un nuevo capítulo en esta política de represión, que busca debilitar a la sociedad civil y concentrar el poder en manos del gobierno. El impacto de esta medida se hará sentir en el sector empresarial nicaragüense, que verá coartada su capacidad de organización y de defensa de sus intereses frente a las políticas arbitrarias del gobierno.
Ante esta situación, es fundamental que la comunidad internacional condene enérgicamente estas acciones y exija al gobierno de Daniel Ortega el respeto a los derechos humanos, la libertad de expresión y la democracia en Nicaragua. La eliminación de Amcham, UNAG y otras 149 cámaras y asociaciones empresariales es un paso más en la consolidación de un régimen autoritario en Nicaragua, que no solo afecta a la sociedad civil y al sector empresarial, sino a toda la población nicaragüense. Es hora de alzar la voz y defender los valores democráticos y los derechos fundamentales en Nicaragua.