Humberto Ortega, conocido como uno de los pilares fundamentales del régimen sandinista en Nicaragua, fue enterrado en una ceremonia privada por sus hijos. El hijo del ex guerrillero, Rafael Ortega, anunció que la familia decidió realizar el sepelio de manera discreta y sin la presencia de medios de comunicación.

Humberto Ortega fue una figura clave en la revolución nicaragüense que derrocó la dictadura de Anastasio Somoza en 1979. Junto a su hermano Daniel Ortega, actual presidente de Nicaragua, Humberto luchó en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) para instaurar un gobierno socialista en el país.

A lo largo de su vida, Humberto Ortega desempeñó importantes cargos en el gobierno sandinista, incluyendo el de ministro de Defensa durante la década de los 80. Sin embargo, tras la derrota electoral del FSLN en 1990, Humberto se mantuvo alejado de la política activa y se dedicó a labores académicas y de consultoría.

En los últimos años, Humberto Ortega fue una figura controvertida en Nicaragua, siendo criticado por algunos sectores por su supuesta influencia en el gobierno de su hermano y por su participación en la represión de protestas sociales en 2018. A pesar de ello, su legado en la historia de Nicaragua como un líder revolucionario sigue siendo recordado por muchos.

La decisión de realizar una ceremonia privada para el sepelio de Humberto Ortega ha generado especulaciones acerca de las razones detrás de esta elección. Algunos analistas sugieren que la familia Ortega podría estar buscando evitar la polémica y mantener un perfil bajo en medio de las tensiones políticas que vive actualmente Nicaragua.

En cualquier caso, la noticia de la muerte de Humberto Ortega ha generado reacciones encontradas en la sociedad nicaragüense, con algunos lamentando su fallecimiento y otros recordando su papel en momentos oscuros de la historia del país. Sin duda, la figura de Humberto Ortega seguirá siendo objeto de debate y reflexión en el futuro de Nicaragua.